El concurso de la SURFER MAGAZINE.

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Todos los meses, la revista Surfer Magazine premiaba (ya no lo hace mas) con una tabla de surf hecha a medida y diseño de la persona que escribiera la mejor carta a la seccion Post. Nuestro amigo Maximo Dellarole (Editor de 3 quillas) estaba suscripto a la revista, y en vez de estudiar para los parciales y finales de la facultad, se la pasaba mirando las fotos de la playa, y leyendo los articulos sobre viajes a lugares exoticos que se publicaban mes a mes.

''Con esto practico ingles'' decia Maxi... Segun nos cuenta, él leia la seccion Post regularmente y cuando vio una vez que la carta de un Japonés salió publicada como mejor carta del Mes se dijo: ''Listo, si un japones pudo ganarse la tabla, por que no un Argentino? '' Y una noche se puso a escribir una historia inspirada en una anecdota real que habia vivido junto a sus compañeros de viaje Nicolas Kohen y Catriel Etcheverri, viajando en COT desde Montevideo a Punta del Este.

Foto : Esta es la portada de la revista Surfer Magazine de Noviembre de 1998, en la que salió publicada la carta de Maximo / Maximo en La Aguada - Uruguay con la Spyder bajo el brazo.

Una vez terminada la historia, la mandó por mail desde la Facultad de Ingeniería de Paseo Colon (Bs.As.), una tarde despues de cursar Fisica II A para Ingenieria Industrial en el invierno de 1998.

Pasaron algunos meses y finalmente la carta de Maxi salió publicada en la Seccion Post (Correo de lectores) de la SURFER MAGAZINE, en el Número 11 Volumen 39, correspondiente al mes de Noviembre de 1998, como LETTER OF THE MONTH.

Se habia ganado la tabla! Pero ahora tenia que encontrar la manera de traerla desde Los Angeles hasta Buenos Aires (Argentina). Cuando Maxi empezó a averiguar cuanto le costaba traerse la tabla desde allá, se encontró con la ingrata sorpresa de que Federal Express le queria cobrar 900 dolares (sin contar lo que cobrara EDCADASSA en Ezeiza...), y otras compañias forwarders mas todavia. Algunos le aconsejaron que se comprara un pasaje a Los Angeles y que se trajera la tabla como equipaje acompañado, que esa era la manera mas economica... y de paso podia conocer USA... La cosa no pintaba muy bien que digamos.

Hasta que un buen dia, en una tipica reunion familiar, el marido de una prima de Maxi se ofrecio espontaneamente a traerle la '' tablita al nene'' despues de escuchar sus desesperanzados relatos. Mike importaba equipamiento para odontologia desde Miami y asi logró encontrar un hueco en un container para que la Spyder llegara, entre sillas de dentista y tornos electricos, finalmente a Buenos Aires, Argentina.

Segun Maxi nos cuenta, nunca recibió una notificacion oficial de la gente de Surfer Magazine (bastante flojo de su parte...) avisandole que se habia ganado la tabla. Asi que tuvo que empezar a rastrearlos y a mandar faxes, hacer llamados a USA y mandar varios Mails al Editor y a todos los miembros del Staff de la revista que aparecian en los editoriales. Tal vez pensaron que nunca iban a reclamar una tabla desde Argentina... (Se ve que no conocen a los argentinos!)

Finalmente obtuvo una respuesta directa por e-mail de Steve Hawk, el Editor de la SURFER MAGAZINE en aquel entonces, en la que se disculpaba por no haberse puesto en contacto antes y lo felicitaban a Maxi por su ''funny letter''.

A continuacion les mostramos la carta tal cual salió publicada: (la transcribimos abajo ya que no se alcanza a leer muy bien)

 Transcripción:

 [Surfer Magazine and the generous people at SPYDER Surfboards are giving a free, custom-made SPYDER BOARD to the person who writes the best letter to the editor each month. For more info on writing letters to SURFER, see the end of Post]

LETTER OF THE MONTH.

TAKE THAT, MR. BUS FELLOW INSURANCE ROBOT...

"Let me tell you my story. I was travelling in Uruguay in South America with two friends, chasing the South Atlantic summer waves. We were at Montevideo (Uruguay´s capital city), looking for a bus that could take us to Punta del Este. That was 100 km away and 200 km near the brazilian frontier. There was a single bus company going our way, and the ticket´s price was 13$.

We were buying our tickets when this man from the bus Company saw our surfboards and said :

"-You will have to pay an insurance for the boards."

"-OK, how much is this insurance going to cost?", we asked kindly.

"- 25 dollars per board", said the bus fellow.

"- OooooKay, thank you very much sir, but I´m afraid we won´t take the insurance. We´ll run the risk of getting eventual injuries to our boards",  we said finding the bloody insurance too expensive.

"- You don´t understand. If you want to travel in our bus you must take the insurance. It´s a rule of the company", said the bus fellow in a robot tone.

"- OK, let me get this straight, Bus Fellow. I´m paying 13 $ to travel on a comfortable seat, with air conditionning and a pretty lady serving orange juice and cookies. And my board has to pay the price of two tickets to travel in a dark, messy and hot as hell suitcase container?? No way!"

We finally got six tickets, 13 $ apiece : Two for my board and me, the other two for my friend Nicolas and his board, and the last two for my friend Catriel and his board.

And because our boards were traveling as people, we decided to give them names.

So, the passenger on seat number 17, window side, and who is asking for some orange juice and cookies is my 6´6´´ surfboard called Wendy.

Nice name for a board with such hot curves. Don´t you think so, you bus fellow insurance asshole?

Máximo Dellarole.

Argentina.

Maximo terminó encargando una SPYDER 7´00´´ de color blanco con flores hawaianas azules. La tabla anda muy bien y ya surfeó en los tres mares del Mercosur.

Foto arriba: Maximo y su tabla  Spyder ''Wendy'', reviviendo la historia que ganó como mejor carta del mes en la Surfer Magazine en Noviembre de 1998. Enero de 2003: viajando de Praia do Rosa hacia Praia da Ferrugem (foto por Angelina). Abajo las pruebas que inspiraron la ironica historia: las tablas pagan más que el pasajero!!!

Para saber más sobre Praia da Ferrugem o Praia do Rosa cliqueen en los nombres de las playas.

Maximo y la Spyder zurcando una izquierda en la Zanja Honda, La Paloma, Uruguay.